domingo, 29 de marzo de 2015

Si lo comprendes todo, lo perdonas todo, y sólo existe el perdón cuando te das cuenta de que, en
realidad, no tienes nada que perdonar.
Bien mirado, el ateo no existe, pues si no podemos concebir ni expresar a Dios, tampoco
podemos negarlo. No se niega lo que no se conoce. Los ateos, lo que niegan son los conceptos.
Cuando alguien te pide algo insistentemente, como si le fuese la vida en ello, y tú no ves lo positivo deque accedas, sé capaz de decir sencillamente, y todo lo enérgicamente que sea necesario, que tú no
sueles hacer regalos ni concesiones a las personas si no tienes claros los medios ni los motivos
psicológicos para hacerlos. Porque, si no, te vas a quedar resentido de su imposición, y él va a ser una
víctima de ese resentimiento que provoca y, además, estarás retrasando su crecimiento y su autonomía como persona.
Nadie te defrauda en la realidad. Es el juicio que tenías de la persona (de cómo debería ser) lo que te ha defraudado.

sábado, 28 de marzo de 2015

El amor es...


A la persona no se la puede desear, porque en cuanto deseas a una persona has dejado de amarla como tal. Yo no soy una cosa. No soy deseable ni indeseable. Soy lo que soy y nada más. Tú llegarás a amar a las personas en cuanto no te importe lo que son las personas. El amor es impersonal. En el amor no se mete la personalidad. El amor es, y fluye por medio de ti; tú no lo fabricas y en el amor la persona se queda a un lado. Por eso, el amor te deja libre y disponible. El yo es un impedimento para amar. Cuando eliges, o comparas, o pides compensaciones, es porque necesitas a esa persona para amarte a ti mismo. Cuando desaparecen los recuerdos, los prejuicios y las visiones subjetivas, entonces ya surge el amor que fluye desde donde es. La personalidad, el yo, es un impedimento para amar, porque considero a las personas amadas como algo mío. Amo a mi hijo, a mi marido, a mi familia, porque son algo mío, distinguiéndolos de los que me quedan más lejos. Entonces estoy cosificando lo más cercano como pertenencias a las que debo amar. Y el amor no sabe de deberes ni de gratificaciones, porque el amor es libre y gratuito. "Te amo, te quiero, te necesito, no puedo vivir sin ti" significan: me agarro a ti porque llenas mi necesidad y mi apego. Eso es egoísmo. El amor existe aunque no haya nadie allí. Es nuestra esencia y se manifiesta en una manera de ser, un estado del alma, y está en consonancia con la capacidad de ver y existir, y en cuanto veamos y seamos nosotros mismos libremente, no podremos ser otra cosa que amor.
Sólo hay vida en el presente, y vivir en el presente supone dejar los recuerdos, como algo muerto, y vivir las personas y los acontecimientos como algo nuevo, recién estrenado, abierto a la sorpresa que cada momento te puede descubrir. Es el ahora el que importa, porque ahora es la vida, ahora todo es posible, ahora es la realidad.
Cuando me relaciono tengo noción del otro como unas experiencias, unos recuerdos, y con estas nociones construyo su imagen. Así es que no me relaciono con esta persona, sino con la memoria que tengo de ella. Cuando abrazo a un amigo, ¿a quién abrazo? Abrazo un recuerdo. Es así, y lo cierto es que, si yo fijo la persona a la memoria que tengo de ella, la estoy fijando a un prejuicio.
"Se trata de ver la realidad tal como es. Lo cierto es que ya estás en ella, siempre lo has estado, pero la buscas, como aquel pez que iba loco buscando el océano. Lo único que no te deja es tu programación y tus exigencias".
"Cuando una persona programada te ofende sin motivo, tan programado estás tú como ella, por dejarte ofender, porque las dos reacciones son igual de absurdas e irreales. Ocurre que, cuando estás dormido, te molestan las personas que están dormidas, porque la programación del otro afecta la tuya, te la recuerda, y eso es lo que más te molesta, aunque no quieras reconocerlo. Si cuando un niño o un mono te hacen una mueca, reaccionas enfadándote, señal de que eres tan niño o tan mono como ellos. Estar despierto es no dejarte afectar por nada, ni por nadie. Y eso es ser libre".
"La cultura nos inculca unas leyes rígidas, cuya única razón es que así se ha hecho siempre.Y con esta razón tan endeble somos capaces de matarnos por defender: honor, patria, bandera, raza, familia, buenas costumbres, orden, ideales, buena fama y muchas más palabras que no encierran másque ideas sin sentido real, que nos han inculcado como cultura. Y lo mismo ocurre con las ideas religiosas".
-Mis propias inseguridades van a ser mi perdición. Yo sólo me pregunto si no estoy preparándome para un corazón roto-.
- Mi alma se rompió en dos. La mitad dice que me quede y vea a dónde va esto. La otra mitad dice corre lejos y no mires hacia atrás, que sólo te hará daño. El bulto duro en la garganta hace que la respiración se enganche. No quiero volver a llorar-.
-Todos cometemos errores, Dios sabe que yo también. Por lo tanto, no puedo cambiar el pasado. Sólo sé que puede tomarme algún tiempo adaptarme a esto-