sábado, 28 de marzo de 2015

El amor es...


A la persona no se la puede desear, porque en cuanto deseas a una persona has dejado de amarla como tal. Yo no soy una cosa. No soy deseable ni indeseable. Soy lo que soy y nada más. Tú llegarás a amar a las personas en cuanto no te importe lo que son las personas. El amor es impersonal. En el amor no se mete la personalidad. El amor es, y fluye por medio de ti; tú no lo fabricas y en el amor la persona se queda a un lado. Por eso, el amor te deja libre y disponible. El yo es un impedimento para amar. Cuando eliges, o comparas, o pides compensaciones, es porque necesitas a esa persona para amarte a ti mismo. Cuando desaparecen los recuerdos, los prejuicios y las visiones subjetivas, entonces ya surge el amor que fluye desde donde es. La personalidad, el yo, es un impedimento para amar, porque considero a las personas amadas como algo mío. Amo a mi hijo, a mi marido, a mi familia, porque son algo mío, distinguiéndolos de los que me quedan más lejos. Entonces estoy cosificando lo más cercano como pertenencias a las que debo amar. Y el amor no sabe de deberes ni de gratificaciones, porque el amor es libre y gratuito. "Te amo, te quiero, te necesito, no puedo vivir sin ti" significan: me agarro a ti porque llenas mi necesidad y mi apego. Eso es egoísmo. El amor existe aunque no haya nadie allí. Es nuestra esencia y se manifiesta en una manera de ser, un estado del alma, y está en consonancia con la capacidad de ver y existir, y en cuanto veamos y seamos nosotros mismos libremente, no podremos ser otra cosa que amor.

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